El Área de Estudios Sociales de la Tecnología y la Innovación tiene su origen en un programa de investigación iniciado en el año 1999, que se basa en una concepción del desarrollo de tecnologías entendido como el resultado de procesos de interacción de actores y artefactos en escenarios institucionales e históricos concretos, y en espacios socio-cognitivos en donde las dimensiones locales e internacionales o globales se entrecruzan generando sinergias y tensiones. De este modo, se considera que los artefactos producidos y las sociedades que los fabrican y emplean se conforman simultáneamente en un proceso de co-construcción socio-técnica.
Las actividades del Área se basan en una agenda de investigaciones orientada a maximizar el potencial descriptivo-explicativo de la convergencia entre sociología de la ciencia y la tecnología, historia de la ciencia y la tecnología, filosofía crítica de la tecnología, estudios sobre desarrollo socio-económico, economía del cambio tecnológico y análisis de políticas, lo cual configura un enfoque novedoso en el país y en la región.
En este sentido, se ha generado un conjunto de herramientas teórico-conceptuales adecuadas para el análisis de los procesos de diseño, producción y utilización de los conocimientos tecnológicos localmente generados, así como de las políticas orientadas a promover tales desarrollos. Estas herramientas han sido producidas a partir de -y testeadas en- una amplia variedad de estudios empíricos que abarca el desarrollo de tecnologías desde el siglo XVI hasta el presente, involucrando un abanico de conocimientos de diverso grado de complejidad producidos en distintos sectores tecno-productivos.
Actualmente, las principales líneas de investigación son las siguientes:
- Diseño, producción e implementación de Tecnologías para el Desarrollo Inclusivo y Sustentable
- Tecnologías y Economía Circular
- Producción de tecnologías conocimiento-intensivas
- Filosofía crítica de la tecnología
En este marco se ejecutan diversos proyectos financiados por agencias nacionales, regionales e internacionales, la mayoría organizados en redes interinstitucionales. Se ha generado un significativo trabajo de base empírica en distintas áreas de la producción de conocimiento científico y tecnológico. Asimismo, se han acumulado y consolidado un significativo conjunto de capacidades de docencia, asesoramiento y consultoría.
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